Otoplastia

La otoplastia es un procedimiento quirúrgico que se realiza en las orejas para corregir deformidades congénitas o adquiridas, además de mejorar la forma, posición o proporción de las orejas con relación a la cabeza. Suele ser buscado por personas que no están satisfechas con el tamaño, la forma o la prominencia de sus orejas, lo que puede provocar malestar emocional y afectar la confianza en sí mismas.


Hay varias razones por las que alguien podría considerar la otoplastia, entre ellas:


Orejas prominentes: a menudo denominadas "orejas prominentes", las orejas prominentes pueden ser una fuente de vergüenza y baja autoestima, especialmente para los niños en edad escolar.


Asimetría de orejas: Algunas personas pueden tener orejas de diferentes tamaños o formas asimétricas, las cuales pueden corregirse con otoplastia para lograr una apariencia más equilibrada y armoniosa.


Deformidades congénitas: algunas personas nacen con deformidades en las orejas, como orejas ahuecadas (orejas que tienen forma de concha), sin pliegues naturales u orejas microticas (orejas pequeñas).


Durante el procedimiento de otoplastia, el cirujano plástico realiza incisiones ubicadas estratégicamente detrás de las orejas o dentro de los pliegues naturales de las orejas, dependiendo de la corrección necesaria. Luego, el tejido cartilaginoso se esculpe, se remodela y se sutura según sea necesario para crear la forma deseada y reposicionar las orejas más cerca de la cabeza.


La otoplastia suele realizarse con anestesia local en adultos y anestesia general en niños. La recuperación es relativamente rápida y muchos pacientes pueden volver a sus actividades normales entre unos días y una semana después de la cirugía. Sin embargo, es importante evitar actividades extenuantes que puedan ejercer presión sobre los oídos durante varias semanas después del procedimiento.


Los resultados de la otoplastia generalmente son permanentes y visibles inmediatamente después de la cirugía, con una mejora significativa en la apariencia de las orejas. Sin embargo, es importante tener expectativas realistas y comprender que los oídos seguirán envejeciendo con el tiempo, al igual que el resto del cuerpo.


Como ocurre con cualquier cirugía, existen riesgos potenciales asociados con la otoplastia, que incluyen infección, sangrado, asimetría, mala curación y cambios en la sensibilidad del oído. Por lo tanto, es fundamental elegir un cirujano plástico experimentado certificado por la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica y seguir cuidadosamente todas las pautas pre y postoperatorias para garantizar los mejores resultados y minimizar los riesgos.